La sustancia adamantina o esmalte cubre y da forma exterior a la corona.
Es el tejido mas duro del organismo. De aspecto vitreo, superficie brillante y traslúcida, su color depende de la dentina que lo soporta; por dicho motivo subordina su apariencia externa que varía desde blanco azulado hasta amarillo opaco. Su dureza debe a que es la estructura más mineralizada de todas cuentas forman el organismo; sólo contiene de 3 a 8% de materia orgánica y en el análisis por calcinación se ha logrado demostrar que la mitad de este porcentaje es humedad.
Es la parte del diente que termina de calcificarse antes que los otros tejidos dentarios. Su espesor varía según el sitio en que se encuentra, es mínimo en la región cervical, y llega hasta 2 y 2.5 mm en la cima de las cúspides. Esto sucede en la dentadura de adulto.
En la dentadura infantil, el grueso del esmalte es uniforme, de medio milímetro más o menos de espesor.
Al estudiar al diente como unidad Anatómica, se hará a través de su estructura íntima, principiando por la corona y después con cuello raíz, siempre de fuera hacia dentro. La corona anatómica esta formada y delimitada exteriormente por el esmalte, que a su vez esta cubierto por una fina membrana conocida como cutícula del esmalte o membrana de Nashmith. El espesor de la cutícula varia de 50 a 100 mieras. No tiene forma de estructura celular, aunque algunos la describan con características de epitelio pavimentoso estratificado estratificado; en general, es considerado producto de elaboración del epotelio reducido del esmalte.
DENTINA:
Es el principal tejido formador del diente. Está cubierta por esmalte en la porción de a corona y por cemento en la raíz; normalmente no está en contacto con el exterior.
Es tejido intensamente calcificado, más duro que el hueso y tiene sensibilidad exquisita a cualquier estímulo.
Su mineralización da principio un poco antes que el esmalte.
En su evolución forma la corona, y después de la erupción continúa formando
la raíz.
El metabolismo de calcificación prosigue durante
toda la vida, reduce el tamaño de la cavidad pulpar en la porción coronaria
y conductos radiculares, como se explicará más adelante. y conductos radiculares, como se explicará más adelante.
La dentina puede considerarse como tejido duro, formado por una sustancia
fundamental calcificada, que guarda en el interior de su masa infinidad
de tubitos llamados conductillos o túbulos dentinarios donde se alojan
las fibrillas de Tomes.
La mineralización de la dentina se efectúa en dirección de fuera a
dentro. A medida que el odontoblasto se retira hacia la parte central del
diente, el tamaño de la cavidad o cámara pulpar se reduce. En la porción
radicular, el conducto se va constituyendo en forma conoide, con base en
el ápice. finalmente a formar la última porción de la raíz con su agujero apical.
La forma definitiva del conducto radicular es conoide o mejor comparado
a la de un embudo. Su diámetro máximo está en la cámara pulpar
que es de donde procede y es menor en el agujero apical, donde termina.
La orientación del ápice está hacia el advenimiento del torrente nutricional,
en cuyo sentido se forma todo el diente, y la raíz en particular.
La masa calcificada o sustancia fundamental de la dentina contiene hasta
un 70% de sales minerales.
Cubre la totalidad de la raíz hasta el cuello anatómico del
diente; de color amarillento, de consistencia más flexible y menos dura
que la dentina; su calcificación es también menor, y no es sensible o sensitivo
como ésta.
Las células de la capa externa, los cementoblastos o cementocitos,
aparentan una forma típica ovoide con prolongaciones filamentosas,
El cemento tiene también la cualidad de crecer continuamente. Sigue
formándose aun después de que el diente ha hecho erupción. En este sentido
se ha querido ver alguna coincidencia entre algunos movimientos del
diente y el crecimiento del cemento, que se realiza en capas en determinado
punto de la raíz.
No son raros los casos de fractura radicular por trauma en el diente,
y que a pesar de esto, conserva su posición y vitalidad. La resolución del
caso es benigna, porque la lesión del diente cicatriza por la proliferación
del cemento que cierra y une los bordes de la rotura, de tal manera que
se pierde la línea de fractura al ser observada radiográficamente y el diente
subsiste con toda normalidad.
Los casos de hipertrofias cementarías en el ápice, generalmente de orí-
genes diversos, se consideran patológicos, como los cementomas.
Se puede considerar que el cemento es una capa muy delgada,
desde 0.1 mm hasta cerca del milímetro o más, en el ápice. Cubre
la totalidad de la raíz y sirve para soportar las fibras que forman el parodonto,
o sea el tejido de fijación de la raíz en el alvéolo.
PAQUETE VASCULO-NERVIOSO:
Las infecciones dentales son un motivo de urgencia frecuente que puede estar provocado por diversos factores, siendo el más frecuente la caries dental profunda.
Existen otros factores que pueden producir la infección del nervio o la pulpa del diente como pueden ser los traumatismos en los dientes, el excesivo desgaste de la dentición, fracturas o incluso otras patologías relacionadas con la raíz o el hueso que rodea el diente.
La formación del tejido nervioso en el organismo está estrechamente relacionado con el desarrollo del mismo, además de actuar como modulador de este proceso. Durante la odontogénesis, los tejidos duros del diente se desarrollan paralelamente con el paquete vásculonervioso de la pulpa, hasta convertirse en estructuras complejas, que participan en el mantenimiento de la estructura y la función del diente. El componente nervioso del tejido pulpar consta de fibras somato-sensitivas y somáticas, que penetran en la pulpa dental acompañadas por los vasos sanguíneos. Las fibras somatos-ensoriales, según la clase de dolor que transmiten, la velocidad con que lo hacen y el umbral de estimulación
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